Brasil es la novena economía mundial y polo de atracción para muchas empresas latinas que han crecido a escala internacional. Y aunque actualmente ha entrado en recesión se presenta como una gran oportunidad para los inversores extranjeros. Analizamos la realidad económica del país con Guilherme Margara, director de Operaciones de Acerta Brasil.
¿Cómo explicaría la crisis que está viviendo Brasil y qué efectos cree que va a tener?
No es la primera vez que Brasil pasa por una crisis económica grave que provoca una fuerte desaceleración en el crecimiento; esto es algo que viene sucediendo de manera constante en los últimos años. En este sentido, la construcción ha recibido un impacto muy grande, por lo que el retraso en el lanzamiento de nuevos proyectos y el aumento del desempleo también afecta a otros sectores de la cadena productiva.
El Gobierno Federal dio luz verde a la creación de nuevas líneas de crédito para la construcción de infraestructura y vivienda, y capital para las empresas que han vivido períodos más difíciles, así como la creación de nuevas concesiones para los servicios públicos. Sin embargo, estas medidas no tienen efecto si el gobierno no hace ajustes en sus cuentas y realizar los cortes que se esperan.
Pero Brasil es mucho más grande que todo esto y tiene capacidad para superar esta crisis. Nuestro territorio es rico y diverso y tiene un gran potencial consumidor, además de personas generosas, trabajadoras y muy emprendedoras.
En la actualidad, ¿es un buen momento para invertir en Brasil?
Brasil atraviesa una crisis político-económica sin precedentes. Desde el punto de vista político, hay una gran incertidumbre sobre el progreso del gobierno actual y eso crea una gran desconfianza en los inversores extranjeros. Y desde el punto de vista económico, la tasa de cambio actual devalúa el real frente al dólar y el euro, lo que hace que el país sea muy atractivo. En los últimos cuatro años, esta devaluación ha sido del 237% y tiende a caer, por lo que no habrá otro momento tan favorable como este para la inversión extranjera. Esto ya está empezando a hacerse realidad, desde finales de febrero y principios de marzo de este año, ha sido el periodo de mayor ingreso de dólares en la compra de acciones de empresas brasileñas. La economía brasileña es muy amplia y diversa, lo que estimula y facilita este comportamiento.
Concretamente, el sector de la construcción ha vivido un fuerte colapso durante 2015, ¿en qué situación se encuentra ahora?
Aún sufre las consecuencias de un año muy difícil y las líneas de crédito todavía no satisfacen la demanda de los nuevos proyectos. Las grandes empresas siguen esperando el mejor momento para la expansión. Todavía hay una gran demanda de vivienda en todos los grupos de ingresos, pero solo las rentas bajas y medias han logrado mantenerse activas debido a los incentivos del programa federal “Mi casa, mi vida”. Se espera tener un año 2016 fuerte que apunte a una mejora para 2017.
Este año se celebran los Juegos Olímpicos en Brasil, ¿cómo ha afectado este acontecimiento a la economía del país?
Con la organización de la Copa del Mundo de 2014, Brasil demostró su capacidad para realizar grandes eventos en todo el mundo, sin ni siquiera haber completado algunas obras importantes que serían un legado para la población. Con los Juegos Olímpicos no será diferente. El movimiento en la economía gira alrededor de diversas obras que todavía están en curso y todo este esfuerzo nos va a traer grandes beneficios a largo plazo. Algunas obras mejorarán la infraestructura en la ciudad, esto es algo históricamente probado en otras ciudades que también han sido sede de los Juegos Olímpicos. También creo que el turismo puede aumentar debido al incremento de la red hotelera en la ciudad.
Comparando la construcción en Brasil con Latinoamérica o Europa, ¿qué valoración hace?
Brasil tiene sus peculiaridades en diversos sectores, no sólo en la construcción civil. Aquí los papeles de arquitecto y administración de la empresa son un poco diferentes. El arquitecto brasileño es el único responsable del diseño arquitectónico pero no tiene la responsabilidad sobre el resto del proyecto o de la obra. En algunos casos concretos, se cuenta con la presencia de una empresa especializada que auxilia al equipo del proyecto. A diferencia de Europa, donde el arquitecto es la figura central y más importante del proyecto y el trabajo, respondiendo por ellos de forma global.
Pocas empresas brasileñas actúan como las americanas o europeas que participan en el proyecto desde el diseño de negocios. Por lo general, trabajan la fase de diseño pero no tienen la visión general del proyecto con el cliente.
¿Qué proyectos tiene actualmente en marcha Acerta en este país?
Tenemos junto con Merolar (empresa formada por la unión de LAR española con el brasileño MERO) dos obras en curso en Jundiaí, una ciudad próspera a unos 70 km de Sao Paulo. En estos proyectos somos los responsables del control de calidad. Uno de ellos es un condominio de 6 edificios de viviendas de los cuales 4 ya han sido entregados y los dos restantes se entregarán en abril de este año. El otro es un condominio residencial con 619 viviendas, divididas en 4 fases. El primero fue entregado en febrero de 2016 y el último se completará en diciembre de este año.
Además, participamos en la gestión de proyectos de 95 unidades básicas de salud (clínicas pequeñas) distribuidos en 55 ciudades de Sao Paulo. Y recientemente, hemos participado de un Street Mall en la Región de Butantã, en São Paulo. Proyecto que debemos entregar en las próximas semanas.
Como experto en Project Management, ¿cuáles son las tendencias actuales de este sector?
Creo que el principal objetivo de la gestión del proyecto es eliminar las pérdidas y aumentar las ganancias. Entre sus diversas herramientas BIM es una buena opción, así como el desarrollo del sistema lean-construcción.
Y a medio plazo, ¿hacia qué parámetros cree que va a evolucionar?
Brasil tiene que evolucionar bastante en el desarrollo de la tecnología BIM para el desarrollo de proyectos, los cuales se puedan integrar con el trabajo y su funcionamiento futuro. Pero sin embargo se produce una paradoja. Por un lado, las grandes empresas están muy evolucionadas pero, por otro, las empresas proyectistas están muy anticuadas.
Y para terminar, como responsable de Acerta en Brasil, ¿qué retos se plantea para el próximo año?
A pesar del difícil momento que vive el país, las expectativas son grandes. A finales del año pasado y comienzos de este hemos hecho muchos contactos con empresas asociadas en Europa, que también operan en Brasil y también hemos conocido a nuevas empresas brasileñas. Para las gestiones de Project Management estamos a punto de iniciar un proyecto residencial en la región de Jundiaí y otro de 792 viviendas que se lanzará en el segundo semestre. Además, seguimos apostando por el Sector hospitalario donde esperamos iniciar un proyecto de reforma de un Gran Hospital en la Región de São Paulo y continuar con la gestión de una unidad básica de salud, de la cual nos estamos encargando actualmente.
Igualmente, creemos en la diversificación de actividades, por ello trabajamos con la posibilidad de llevar a cabo un primer desarrollo inmobiliario, con la construcción de viviendas para personas de ingresos medios en la ciudad de Sao Paulo.